La Comisión Europea dijo el lunes que retrasó hasta finales de este mes el plazo para que expertos den su opinión sobre los polémicos planes destinados a permitir que algunos proyectos de gas natural y energía nuclear sean calificados como inversiones de carácter sostenible.

La Comisión elaboró un plan a finales del año pasado para añadir algunas inversiones en gas y energía nuclear a la “taxonomía” de la Unión Europea, su libro de normas para definir qué inversiones pueden etiquetarse como respetuosas con el clima en la UE.

Bruselas dijo el lunes que sus asesores expertos tendrán hasta el 21 de enero para dar su opinión sobre el borrador de la propuesta, y no hasta el 12 de enero como estaba previsto inicialmente.

“El plazo se ha pospuesto una semana y la razón es básicamente dar un poco más de tiempo a la plataforma para que aporte sus opiniones”, dijo el portavoz jefe de la Comisión Europea, Eric Mamer, en una rueda de prensa, refiriéndose a la “plataforma” de asesores de la industria, las ONG y el sector financiero.

La Comisión compartió el borrador con sus asesores a última hora de la noche de fin de año, fijando un plazo que, según los activistas, era demasiado corto y limitaba el escrutinio de las normas, unas sugerencias que el ejecutivo de la UE rechazó.

El borrador —que se filtró a algunos medios de comunicación — ha reavivado las disputas entre los países de la UE, que discrepan a la hora de determinar si el gas y la energía nuclear son ecológicos. Los Gobiernos de España, Alemania y Austria son algunos de los que han criticado públicamente la última propuesta.

Una vez que los asesores de la UE den su opinión, Bruselas publicará su propuesta definitiva. Una gran mayoría de países de la UE o el Parlamento Europeo podrían bloquearla en los cuatro meses siguientes. Si no lo hacen, la normativa entraría en vigor.

La tan esperada taxonomía forma parte de los planes de la UE para movilizar inversiones masivas de baja emisión de carbono para cumplir su objetivo de tener cero emisiones netas de gases de efecto invernadero en 2050.

Mediante criterios detallados que debe cumplir cada inversión “verde” —como límites de emisiones o eficiencia energética—, la taxonomía pretende que los proyectos respetuosos con el clima sean más visibles y atractivos para el capital privado, y evitar que las organizaciones exageren sus credenciales medioambientales.

Fuente: Reuters