Genneia dio otro paso en su estrategia de crecimiento con la inauguración del Parque Eólico La Elbita, en Tandil, con una inversión de US$ 240 millones. Pero a la vez se lanza al segmento de transporte con la posibilidad que el Gobierno promete abrir al sector privado en la construcción de redes de transmisión para destrabar los conocidos cuellos de botella del sistema.

El CEO de Genneia, Bernardo Andrews, y uno de los accionistas principales de la compañía Jorge Brito, anunciaron que la compañía en su rol de mayor generadora de energías renovables de la Argentina con 1.256 Mw de capacidad instalada, va a participar de los proyectos de ampliación de la infraestructura de transporte eléctrico que permitirá destrabar los cuellos de botella del sistema.

El desafío no es sólo cuestión de voluntad empresaria sino que requiere el aporte normativo previo del Estado para asegurar las condiciones de participación en obras millonarias.

Ambos directivos participaron este viernes de la inauguración del Parque Eólico La Elbita, ubicado a 42 kilómetros de la ciudad de Tandil con una capacidad de 162Mw que estarán destinados al mercado a término corporativo y que demandó una inversión de US$240 millones. Allí también estuvieron el presidente de la empresa César Rossi, el interventor del Ente Nacional Regulador de la Electricidad (Enre), Osvaldo Rolando, y el subsecretario de Energía bonaerense Gastón Ghioni.

La incursión de Genneia en el transporte eléctrico se enmarca en el proceso de desregulación que viene presentando el actual Gobierno de Javier Milei en procura de que sea el sector privado el que se haga cargo de las obras el Estado decidió no financiar, lo que marcaría una nueva era el desarrollo de la infraestructura energética. En ese sentido, la secretaría de Energía dio a conocer el listado de 15 obras prioritarias en todo el país con la incorporación de 5.610 nuevos kilómetros de líneas, y una inversión de unos US$6.600 millones.

A pocas horas de la presentación del plan, los directivos de Genneia plantearon su interés en participar de las oportunidades de negocio que se abren en el sector, aún participando en un segmento en el que no se venían desempeñando en la cadena. Esa decisión permitiría a la compañía lograr una integración vertical y optimización de costos, asegurar su expansión con proyectos hoy limitados en renovables, e incursionar en una nuevo negocio con visión de largo plazo.

“Estamos en un momento en que las energías renovables son prioritarias por lo ambiental y porque son redituables para las empresas con un recurso en fuentes eólicas y solares inmenso. Pero eso requiere también de una inversión importante y de largo plazo en materia de transporte de energía, que es hoy la limitante. La estabilidad económica ayuda y mucho a que estas obras se puedan hacer y estar capacitado técnicamente, pero además Genneia tiene la gimnasia financiera para participar el día que empiecen las obras de transporte energía”, presentó el tema Brito en La Elbita.

Esa gimnasia financiera que refirió el también presidente del Banco Macro, se refleja en la inversión que viene llevando adelante Genneia y que al 2026 prevé alcanzar los US$1800 millones para el desarrollo de un total de 15 parques que tendrá en operación. Buena parte de esos fondos los obtuvo en el mercado internacional con fuentes de financiamiento como los obtenidos del Banco de Desarrollo de los Países Bajos y FinDev Canadá, o las emisiones de bonos verdes, que permitieron, por ejemplo, la construcción de La Elbita.

Andrews explicó que “en los últimos 30 años la regulación del sector eléctrico no incentivó la expansión del transporte, y ahora en un escenario de estabilidad macroeconómica a largo plazo lo que se requiere es la regulación de los monopolios naturales para poder expandir de manera significativa las líneas de transmisión. Se necesita regular cómo se accede al sistema, cómo la tarifa que generaría ese nuevo servicio, ese nuevo negocio, va a ser pagada en el tiempo y cómo pasa al usuario final, lo que en definitiva es lo que le permita a una empresa privada financiar este tipo de obras que abre una oportunidad muy grande”.

“Lo que se tiene que discutir rápidamente -completó Brito- es qué necesidad de credibilidad del marco regulatorio tiene que darse para que la inversión se concrete con un marco regulatorio creíble, pero también fuerte en lo que hace a garantías, con lo cual la calidad de los jugadores es cada vez mejor. Si el que viene a competir tiene más capacidad financiera, más capacidad tecnológica, termina repercutiendo en menor tarifa para el usuario final. Entonces, la prioridad es bajar la carga fiscal y el rol fuerte del Estado para garantizar el marco regulatorio”.

Más allá del lanzamiento de obras millonarias que el Gobierno a través de la Secretaría de Energía irá articulando su licitación, el sector generador ya tiene sus primeros planes de infraestructura en etapa avanzada de factibilidad que en el caso de Genneia abarca el tendido de redes eléctricas en provincias como Salta y Catamarca donde la demanda de los proyectos mineros se anticipa dará un salto muy fuerte con la entrada en operación de varios proyectos de litio y cobre. También avanza en similar sentido en la región de Cuyo con una propuesta de tendido de redes de transmisión vinculadas para darle un servicio de energía renovable a los mega proyectos mineros anunciados.

“Vamos a participar en todas las obras que nos permitan destrabar cuellos de botella para seguir creciendo en renovables. Y si se nos permite vamos a estar también en Buenos Aires para destrabar sitios donde hay excelentes recursos renovables como los de Tandil, pero que requieren una línea de transmisión. Eso lo vamos a hacer y al mismo tiempo, en algunos lugares, destrabar los cuellos de botella con almacenamiento, con baterías, para lo cual ya hay en marcha una licitación para evolucionar en una tecnología que va a permitir soluciones híbridas”, explicó Andrews.

A la vez, facilitar las herramientas para reducir el costo de los proyectos es un punto a trabajar en una industria en el que siete de cada diez dólares invertidos provienen de financiamiento externo, lo que subraya la importancia del costo y el plazo del capital.

La continuidad del proceso de estabilización económica permitiría que una parte creciente de los planes pueda ser financiada por el mercado interno, y aportar a la eficiencia de un sistema que ahorra importaciones de electricidad o combustibles, compensando la inversión a corto y mediano plazo..

En este contexto, el panorama es más favorable. La salida de la crisis de balanza de pagos, la apertura del cepo y un acceso más fluido al dólar facilitan la importación de equipos principales para proyectos renovables. Si bien la disponibilidad de recursos eólicos no garantiza por sí misma un proyecto, la mejora del entorno macroeconómico reduce la incertidumbre para la toma de decisiones en condiciones de mercado más competitivas y augura una expansión de las energías renovables en Argentina.

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Fuente: Forbes