Protagonistas: Para el CEO de Tecpetrol, “Vaca Muerta es el horizonte y el motor fundamental”

Ricardo Markous sostiene que el momento es ahora. Tecpetrol desarrolló Fortín de Piedra, la principal productora de gas del país que equivale al 75% del gas que produce Bolivia.
En un mercado energético en transformación, tenemos la responsabilidad de desarrollar los recursos de gas y petróleo de Vaca Muerta, un auténtico game changer para Argentina y una variable clave que puede contribuir decisivamente a la recuperación de divisas.
Durante 2024, el país alcanzó un superávit energético de US$ 5.700 millones, con una proyección superior a los US$ 7.000 millones para 2025, y si se avanza en los proyectos de licuefacción de gas (LNG) que se están proponiendo y desarrollando para vender en distintos países, la estimación es superar los 30.000 millones de dólares en exportaciones.
Argentina hoy produce 760.000 barriles de petróleo diarios, y, según la Cámara de Exploración y Producción de Hidrocarburos (CEPH), se espera alcanzar 1,5 millones de barriles de petróleo diarios hacia finales de la década.
El 80% de esa producción de petróleo provendrá de Vaca Muerta, que ya aporta el 70% del consumo nacional de gas.
Ricardo Markous, CEO de Tecpetrol, la petrolera de Techint Ricardo Markous, CEO de Tecpetrol, la petrolera de Techint
En el corazón de Vaca Muerta se encuentra el proyecto insignia de Tecpetrol: Fortín de Piedra. Decidimos invertir 2.300 millones de dólares en 2017, y en apenas 2 años alcanzamos una producción de 17 millones de m³ diarios.
Hoy esta área es la principal productora de gas de la Argentina con 24 millones de m³ diarios, y este invierno es el tercero consecutivo en que sostenemos ese nivel, que representa más del 15% del consumo del país y, por ejemplo, es el 75% de todo el gas que produce Bolivia actualmente.
Ahora estamos avanzando en un desafío similar: el desarrollo de Los Toldos II Este, un yacimiento al norte de Vaca Muerta.
Se trata de un proyecto de petróleo no convencional con gran impacto en la región, que apunta a producir 70.000 barriles diarios, casi el 10% de la producción actual de Argentina.
Con una inversión inicial de más de US$ 2.000 millones, ya están en marcha los primeros trabajos para la construcción de la planta de tratamiento de hidrocarburos.
En el caso de Tecpetrol, el aprendizaje y la mejora continua, así como la innovación, fueron claves para obtener estos hitos.
Un ejemplo de lo que hacemos en este sentido es nuestro Real Time Operation Center ubicado en la Ciudad de Buenos Aires, una sala de control desde donde monitoreamos en tiempo real la perforación y terminación y tomamos las decisiones de forma remota, lo que nos permite optimizar procesos de forma constante.
La industria se está moviendo rápidamente en nuestro país, pero el desarrollo masivo de Vaca Muerta exige varios factores que aún deben alinearse y concretarse.
En particular, contar con una macroeconomía estable a nivel nacional y provincial, un bajo riesgo país y reglas claras que generen confianza para atraer las inversiones que estos proyectos requieren, que son de magnitudes muy superiores a las realizadas hasta ahora, y por ello generalmente provenientes del exterior.
El costo del capital, la disponibilidad de infraestructura (plantas de tratamiento, gasoductos y oleoductos) y la ampliación de la cantidad de equipos de perforación y fractura son determinantes para poder desarrollar los yacimientos.
Por eso es de suma relevancia el reciente anuncio de la financiación obtenida para la construcción del oleoducto Vaca Muerta Sur (proyecto VMOS), que llevará parte del petróleo obtenido en la provincia de Neuquén al puerto de Punta Colorada en la provincia de Río Negro; entre otras iniciativas que se están analizando.
También es clave el aporte de todas las empresas proveedoras, que participan activamente en esta transformación y que son grandes generadoras de empleo.
Cuando creamos Fortín de Piedra contratamos a más de mil pymes de todo el país, y a través del programa ProPymes del Grupo Techint seguimos impulsando a toda la cadena de valor a sumarse a nuestra curva de eficiencia, para ser cada vez más competitivos en tiempos y en costos.
Al mismo tiempo, si queremos acelerar este proceso, resulta esencial invertir en la educación técnica: hoy tenemos un déficit en el país de profesionales y técnicos calificados para lo que requiere la industria a todos sus niveles.
Necesitamos avanzar en esquemas que garanticen la formación constante y la especialización, que nos vuelvan a hacer líderes en la región por la capacitación y flexibilidad de nuestros recursos humanos, como lo éramos décadas atrás. Esto nos permitirá además dar oportunidades de desarrollo y movilidad social a muchos jóvenes que hoy están buscando forjar su futuro.
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Fuente: Clarín