Por qué en el sector de los hidrocarburos se abrazan al «barril criollo» de petróleo
Petroleras productoras, refinadoras, estacioneros, gobernadores, intendentes y trabajadores tienen motivos para celebrar el Decreto 488/2020.
En el Gobierno monitorearon minuto a minuto a variación del Brent en la última semana. Este fue el principal motivo en la dilación del lanzamiento del DNU de Alberto Fernández, redactado y revisado por funcionarios de Economía y Desarrollo Productivo. Con una brecha de u$s10 (22%), decidieron que era el momento justo de actuar. El Decreto 488 anula el barril criollo si el Brent supera los u$s45 durante 10 días consecutivos, deadline que a este ritmo mucho no falta para cruzar.
Las petroleras productoras se abrazan al barril por varios motivos. Principalmente, porque vía subsidios el Estado promete un precio en dólares base para mantener la producción local, se reducen las retenciones a las exportaciones y se prohíben las compras de crudo al exterior, con el objetivo macro de garantizar la continuidad de los puestos de trabajo y promover el autoabastecimiento energético.
Para YPF, sin el “barril criollo” la Argentina quedaría al borde del apagón hidrocarburífero. “Si no se fija un precio de barril hoy diferencial al mundo, es bastante probable que cuando necesitemos del sector, éste no tenga la capacidad de suministrar la energía que el país necesita a los precios adecuados”, analizaron fuentes de la compañía de bandera ante la consulta de Ámbito.
“Lo importante en el país es lograr preservar la capacidad productiva de energía como forma de garantizar un precio de energía competitivo para la economía nacional en el mediano plazo y evitar la importación”, subrayaron desde YPF. La petrolera que hoy encabeza Sergio Affronti ya había adelantado su respaldo al barril criollo.
La relevancia de YPF en la vida de los argentinos es invisible e incalculable. El alineamiento a las políticas del Gobierno en la lucha contra la pandemia no es azaroso. Los cambios en los principales mandos, tampoco. “Resulta indispensable adecuarse rápidamente a la nueva realidad que vive la industria a partir del impacto económico generado por el Covid-19. Es necesario revisar y optimizar las estructuras de costos a fin de que la actividad convencional y no convencional resulten sostenibles en este nuevo escenario de precios”, consideraron en la torre de Puerto Madero.
Pero la suerte de las petrolera productoras no solo está atada al “barril criollo”. El optimismo de la plana económica del Gobierno respecto de un exitoso acuerdo por la reestructuración de la deuda impulsa las acciones. Dejan entrever que una vez superado el pico de contagio y el aislamiento, la Argentina ingresará en una vorágine etapa de reactivación de todos los sectores productivos, envalentonada por las elecciones legislativas 2021. En la oposición lo saben. En YPF, también. “Nadie puede determinar cómo se van a comportar los precios cuando la demanda comience a normalizarse y las existencias de stock actuales comiencen a consumirse”, respondieron al justificar posibles pérdidas con el “barril criollo” en cuanto a la refinación.
Las refinadoras que pusieron el grito en el cielo con el primer borrador del proyecto de barril criollo hoy celebran cambios de último momento. El Decreto 488/2020 no asignó cupos de compra obligada por empresas ni congeló los precios de los combustibles hasta fin de año al valor del 31 de marzo pasado, como se esperaba. El Gobierno eliminó estas líneas de la norma para dejar a los refinadores contentos. Pero además, postergó hasta el primero de octubre próximo los aumentos en los impuestos al despacho de naftas y gasoil. Un golazo no solo para los que refinan, que tendrán mayores niveles de rentabilidad por esta vía, sino también para los estacioneros, que también se habían quejado públicamente del inminente congelamiento en los surtidores.
Gabriel Bornoroni, presidente de CECHA, destacó el esfuerzo del Gobierno para buscar soluciones ante la debacle mundial generada por la caída del petróleo y la venta de combustibles, pero recordó que los estaciones todavía venden entre 50% y 30% menos que hace dos meses. “El esfuerzo también lo están haciendo las estaciones de servicios desde marzo pasado, cuando fueron declaradas servicio esencial. Desde ese momento, estamos garantizando la provisión de combustibles de manera normal y lo seguiremos haciendo, pese a la perjuicio económico que nos genera diariamente”, señaló.
Los estacioneros temen al passtrough del tipo de cambio paralelo (dólar blue), un incremento en los costos de los fletes y una suba generalizada de los precios, y por ende de sus costos. Aseguran que si las refinadoras no lo absorben, puede regresar el abastecimiento restringido, la cuotificación y los sobreprecios sobre volúmenes base. Los actuales precios de las naftas ($53,47 el litro de Súper en Capital) y el gasoil ($49,94) se definieron con un dólar oficial a $63 y un barril de Brent por arriba de u$s68. El último ajuste previsto de 5% lo frenó Fernández pocos días después de asumir. Por ahora, no debería haber sustanciales cambios en las pizarras de las estaciones.
No incluir el congelamiento de precios en el Decreto 488 representará un fuerte golpe a la recaudación tributaria. Por impuestos a los Combustibles líquidos y GNC en enero se recaudaron $11.733.825; en febrero $15.713.121 y en marzo $ 11.907.716. En el primer trimestre totalizaron ingresos a las arcas del Estado por casi $40.000 millones. Con las escasas ventas de abril y sin las subas trimestrales (las postergadas y las venideras), se calcula una resignación de recursos estatales de por lo menos $5.000 millones en los próximos meses.
Otros que se abrazan con fuerza al “barril criollo” son los gobernadores de las provincias productoras de hidrocarburos. Un informe de la consultora Aerarium ventilado la semana pasada estimó para el período mayo-diciembre un incremento en regalías de $16.345 millones hasta fin de año, concentrándose el 92% del beneficio en cuatro jurisdicciones: Chubut, Mendoza, Neuquén y Santa Cruz. El barril criollo implica un flujo mensual superior a los $2.000 millones para el conjunto, donde se destacan dos claros ganadores, aunque hay que tener en cuenta que en medio de la pandemia todas las provincias serán grandes beneficiarias del “barril criollo”.
Según Aerarium, Neuquén sería la provincia más beneficiada con la recepción en regalías por $5.142 millones, es decir unos $ 642,8 millones al mes. La segunda sería Chubut, que recibiría ingresos por $4.938 hasta fin de año. Le siguen de manera decreciente Santa Cruz, con $2.742 millones; Mendoza, con $2.198; Río Negro, con $774 millones; La Pampa, con $254 millones; Tierra del Fuego, con $224 millones; y hasta Salta y Formosa recibirán más fondos, estimados en $37 millones y $31,9 millones, respectivamente .
Hasta los intendentes se regodean con el Decreto 488. A pocos días del inicio del invierno, la norma refuerza los controles de precios máximos para la venta de garrafas de GLP (Programa Hogar), vitales para las poblaciones sin conexión a la red de gas natural. “Esto brindará un resguardo a las campañas de distribución de garrafa social que el Gobierno nacional viene implementando en distintos municipios para garantizar el acceso a este producto de primera necesidad a precios regulados”, recalcaron desde el Ejecutivo.
Por último, pero no menos importante, se abrazan al “barril criollo” los trabajadores petroleros. Luego de aceptar rebajas salariales de hasta 40% para los que se quedan en sus casas, los sindicatos apuestan a que esta medida acelere la exploración, perforación, refinación y comercialización de petróleo y gas. Rezan para que Vaca Muerta despierte nuevamente. Y esperan mayores consumos a medida que gran parte del país salga del asilamiento. “Fuera de yacimientos, con la gente que se encuentra en estado de suspensión está cobrando un 60% o 70% de su salario real debido a la pandemia y la falta de consumo. Consideramos que el barril criollo es una opción, no para reactivar al sector, sino para evitar una serie de despidos masivos”, consideró Pedro Milla, de la FASiPeGyBio.
Hoy los yacimientos operan al 40%, mientras que las refinadoras que no frenaron sus tareas por exceso de oferta, lentamente retoman sus trabajos con protocolos sanitarios. La renovada prohibición de despidos por 60 días los alcanza, pero no se descartan que algunas empresas avancen con los Procedimiento Preventivo de Crisis (PPC). Guillermo Pereyra, del Sindicato de Petróleo y Gas Privado de Neuquén, Río Negro y la Pampa, lo alertó en crudo. “Es para despedir, esos procedimientos son para despedir y (pagar) al 50%. Entonces acá el gremio se tiene que disfrazar no sé de qué, pero está jodido, ¿a quién le va a hacer paro? Ya está todo parado”. No es casual que el Decreto 488 actualizó las multas a empresas incumplidoras previstas en la Ley de Hidrocarburos, que permanecían fijas desde 1994 y que, en adelante, fluctuarán en función del precio del crudo en el mercado interno.
Las declaraciones del subsecretario de Hidrocarburos, Juan José Carbajales, en un foro virtual de la UTN, resume los motivos del regreso del “barril criollo” en la Argentina. “Hoy estamos concentrados no tanto en políticas para el desarrollo, sino más bien en medidas para el mantenimiento de las bases. Antes teníamos problemas de precios, ahora el problema es la demanda”, remarcó.
Fuente: ámbito.com