Política: El proceso de privatización de Enarsa

El inicio del proceso de venta de esta sociedad en manos del Estado constituye una noticia alentadora, que contribuirá a terminar con el déficit fiscal.
El Poder Ejecutivo Nacional dictó recientemente el decreto 286/2025, por el que dispone el inicio de la privatización de Energía Argentina Sociedad Anónima (Enarsa), de propiedad del Estado. Se trata de uno de los casos que quedó en la nómina de empresas por privatizar establecida en la Ley Bases luego de la ralea que fue necesaria para obtener la mayoría parlamentaria requerida para su sanción.
Enarsa fue creada en 2004 por una ley sancionada durante la presidencia de Néstor Kirchner. Buscaba constituirse en un instrumento facilitador del avance del Estado en el área energética. La enorme amplitud del objeto de la nueva empresa detallado en aquella ley daba clara cuenta de aquella intención.
Expresaba que Enarsa podría “llevar a cabo por sí, por intermedio de terceros o asociada a terceros, el estudio, exploración y explotación de los Yacimientos de Hidrocarburos sólidos, líquidos y/o gaseosos, el transporte, el almacenaje, la distribución, la comercialización e industrialización de estos productos y sus derivados directos e indirectos, así como la prestación del servicio público de transporte y distribución de gas natural, a cuyo efecto podrá elaborarlos, procesarlos, refinarlos, comprarlos, venderlos, permutarlos, importarlos, exportarlos, y realizar cualquier otra operación complementaria de su actividad industrial y comercial o que resulte necesaria para facilitar la consecución de su objeto. Asimismo, podrá por sí, por intermedio de terceros o asociada a terceros, generar, transportar, distribuir y comercializar energía eléctrica”.
Ya entonces la pérdida del abastecimiento exigía importar gas en forma de gas natural licuado (LNG), que era transportado mediante barcos y gasificado para su inyección en la red. Era una operación comercial que no exigía grandes inversiones iniciales, con márgenes manejables para el propio Estado y, por ello, se asumía que no demandaría, sino que generaría fondos.
Esto facilitaría la adquisición y reestatización de otras empresas y concesiones. Así ocurrió: Enarsa fue adquiriendo participaciones accionarias que le permitieron constituir un holding energético de gran amplitud. En sociedad al 50% con Pampa Energía participa en Citelec SA, que a su vez es controlante de Transener SA, la empresa que opera la red de alta tensión de 15.408 kilómetros que transporta el 86% de la energía eléctrica consumida en nuestro país.
Enarsa posee el control de las empresas concesionarias de dos centrales termoeléctricas y de las cuatro grandes hidroeléctricas del Comahue. Estas últimas pasaron a Enarsa luego de finalizados los períodos de concesión de sus operadores anteriores.
Este conjunto de actividades generó pérdidas que debieron ser compensadas con aportes del Tesoro. En el ejercicio de 2023, según el balance, ese aporte alcanzó alrededor de 1,23 billones de pesos. Una parte significativa del déficit fiscal.
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Fuente: La Nación