El ministro de Transporte de la Nación, Mario Meoni, sostuvo este jueves una reunión con el secretario de Energía, Darío Martínez, en la que se abordaron temas que vinculan a ambas carteras.

Los funcionarios analizaron “la viabilidad” del tren de cargas a Vaca Muerta, una iniciativa clave para bajar los costos de explotación del yacimiento neuquino. Además, abordaron el uso de “energía renovable en ferrocarriles” y la “reconversión energética” del transporte.

El proyecto del tren a Vaca Muerta fue puesto en stand-by por la gestión anterior, luego de que el año pasado fracasara la licitación de los cupos de carga -con la que se buscaba sondear el interés de las petroleras- y ante la falta de financiamiento para ejecutar las obras.

Luego, en campaña, el actual presidente Alberto Fernández había prometido reimpulsarlo. Y si bien la pandemia obligó a poner paños fríos al asunto, este mismo año el Gobierno recibió ofertas del gobierno ruso y de PowerChina para participar del proyecto.

El proyecto del tren a Vaca Muerta contempla la intervención sobre unos 700 kilómetros de vías del Ferrocarril Roca (ramal Bahía Blanca-Neuquén-Zapala): entre Ingeniero White y Contraalmirante Cordero se realizará mejoramiento de vías (384 km) y renovación integral (189 km) y entre Contraalmirante Cordero y Añelo se construirán 83 kilómetros de vía completamente nueva.

Se estima que el acceso a Añelo por ferrocarril permitirá bajar los costos logísticos de insumos vinculados al fracking, lo que redundará en una baja de los costos de explotación del yacimiento neuquino. A su vez, la conexión con Ingeniero White dará acceso no solo al puerto sino también al importante polo petroquímico allí ubicado.

A su vez, permitiría dinamizar el potencial de otras áreas de exportación, tales como la economía frutícola del Alto Valle del Río Negro, y vincularse en un futuro con el proyecto del Trasandino del Sur, que permitiría el acceso a los puertos chilenos sobre el Océano Pacífico.

Si bien el ramal está concesionado a Ferrosur Roca, cabe recordar que su contrato vence en 2023, tras lo cual está previsto que la infraestructura de vías revierta al Estado. Una vez que esto ocurra comenzaría a regir el sistema de acceso abierto u “open access”, lo que permitiría que cualquier operador debidamente registrado pueda hacer uso de las vías a cambio del pago de un cánon.

Fuente: En el Subte.