La Mirada: ¿Por qué en el país de Vaca Muerta no alcanza el gas para calefaccionarnos?

La Secretaría de Energía resolvió avanzar en cortes de gas para la industria y estaciones de GNC ante la crisis en el suministro. Se combinó una demanda récord en medio de la ola polar con una menor oferta por parte de las petroleras que operan en Vaca Muerta como resultado de la desinversión.
En los últimos días, se registraron cortes del servicio de gas natural en hogares de distintos puntos del país, como Mar del Plata y algunas localidades de la Patagonia, a cargo de la empresa distribuidora Camuzzi. A su vez, el lunes pasado, más de cien mil usuarios sufrieron cortes de luz en el Amba y La Plata, debido a la escasez de gas para la generación de energía eléctrica. Con estas interrupciones, las familias afectadas se quedaron sin calefacción ni agua caliente en medio de la ola polar.
Ese cuadro crítico llevó al gobierno a dictar la “pre-emergencia energética” de invierno, que contempla interrupciones en el suministro de gas a las industrias y de GNC en las estaciones de servicio para priorizar el abastecimiento a los hogares. La crisis responde a un pico de demanda frente a las temperaturas extremas, sumado a una menor inyección de gas por parte de las petroleras Pluspetrol y Total Austral, que operan en Vaca Muerta.
Estos pulpos hidrocarburíferos retacean la oferta pese a obtener ganancias extraordinarias por explotar Vaca Muerta. Según un informe del Instituto de Energía Scalabrini Ortiz (IESO), las petroleras radicadas en ese yacimiento reciben un beneficio bruto del 133% sobre sus costos de producción.
Mientras que el costo de extracción se calcula en U$S 54 por cada mil metros cúbicos (incluyendo gastos indirectos y administrativos), el precio mayorista del gas, fijado por la Secretaría de Energía, alcanza los U$S 129 por cada mil metros cúbicos.
Como el gobierno redujo los subsidios energéticos, ese precio exorbitante en el eslabón de producción recae sobre los usuarios con aumentos en la boleta de gas y electricidad. En el Amba, los incrementos fueron del 1.181% y 262%, respectivamente, desde que asumió Milei, según los datos del Observatorio de Tarifas y Subsidios del IIEP (UBA-Conicet).
En 2024 las compañías instaladas en Vaca Muerta acumularon, por la diferencia entre costo y precio del gas en el mercado interno, U$S 1.679 millones. Como vemos, somos los trabajadores quienes subsidiamos de nuestro bolsillo, a través de los sucesivos tarifazos en los servicios, esa cifra millonaria que embolsan las petroleras. Aún así, debemos soportar cortes de gas y luz durante la semana más fría de los últimos 34 años.
A pesar del precio sostén dolarizado y del estímulo del Rigi, Vaca Muerta viene atravesando un proceso de desinversión. En el último tiempo se retiraron de la cuenca multinacionales como Exxon Mobile, Petronas y Equinor, mientras que Total Austral y Pluspetrol pusieron a la venta parte de sus activos. En definitiva, la huelga de inversiones no se revierte otorgándoles más incentivos a los capitalistas, porque la misma es resultado del parasitismo inherente a esta clase social en su etapa de decadencia histórica.
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Fuente: Prensa Obrera.