El objetivo de la inversión es permitir la entrega de gas natural al norte y centro de Argentina. Enarsa será la encargada de llevarlo a cabo.

El Proyecto de Reversión del Gasoducto Norte-Obras Complementarias del Gasoducto Presidente Néstor Kirchner será parcialmente financiado por la aprobación por parte del Gobierno Nacional de un modelo de contrato con la Corporación Andina de Fomento (CAF) por un monto total de US$540 millones. Así lo confirmaron las autoridades gubernamentales a través del Decreto 230/2023, que fue publicado en el Diario Oficial con el objetivo de permitir el transporte de gas natural a las provincias del norte y centro de Argentina.

Este préstamo tendrá un plazo de quince (15) años, incluyendo un período de gracia de 54 meses, y el interés se calculará a una tasa anual variable que es igual a la suma del SOFR (o “tasa de financiamiento a un día garantizada”). , como se le conoce en inglés y publicado por la Reserva) en el momento aplicable al período de interés aplicable y un margen del 2%. Adicionalmente, se indicó que el ministro de Economía, Sergio Massa, y la empresa Energía Argentina (Enarsa), serían los encargados de ejecutar y utilizar los recursos previstos.

La segunda fase del Gasoducto Presidente Néstor Kirchner iniciará las licitaciones inmediatamente después de la apertura de la primera fase, según anunció el ministro Massa la semana pasada. En la misma línea, el Secretario de Hacienda resaltó la importancia de que el gobierno y el sector privado trabajen “en forma conjunta y colaborativa” en el abastecimiento.

En un enérgico encuentro realizado en Neuquén, Massa defendió el diálogo entre representantes del país, provincias, empresarios y trabajadores, afirmando que son “los cuatro pilares fundamentales de la mesa” al considerar el año 2030 (en referencia a la objetivos de SAO). “La política energética debe ser una política oficial de Estado que no pueda ser alterada por un cambio de gobierno. En este ambiente de restricción, queremos brindarle a la Argentina un “segundo campo” a través de su desarrollo, señaló.

Reiterando las diferencias entre países desarrollados y en vías de desarrollo en materia de transición energética, cuestionó la postura “muy europea” de organismos como el Banco de Desarrollo Internacional (BID) y el Banco Mundial (BM), que sostienen que el gas no es una transición fuente de energía y no están dispuestos a financiar proyectos de infraestructura que involucren ese combustible. El Banco de Desarrollo de América Latina fue valorado por “la otra mirada” que brindó en cuanto al financiamiento que permitiría importar gas de Vaca Muerta al Norte.