Las empresas de la industria petroquímica se abastecen, en su mayoría, de materia prima proveniente de Vaca Muerta. A la espera de un verdadero boom del yacimiento, ya reevalúan planes de expansión en sus plantas a la vez que buscan incorporar eficiencia y mantener competitividad.

Las empresas petroquímicas ya empezaron a dejar atrás el complejo escenario económico local para comenzar a enfocarse en un futuro que consideran auspicioso. En esa dirección, ponen el foco en Vaca Muerta, el mayor reservorio de gas no convencional en el mundo.

Esta idea se reflejó durante la Jornada Petroquímica, un evento organizado por el Instituto Petroquímico Argentino (IPA) que reunió a los protagonistas del sector en el Centro Cultural de la Ciencia, ubicado en el barrio porteño de Palermo.

Allí, Tomás Córdoba, CEO de Compañía Mega, empresa dedicada al procesamiento y posterior separación del gas natural, comentó: “Vemos crecer el upstream y encontramos el desafío de adelantarnos a ese crecimiento. Para eso, será necesaria más infraestructura”.

La compañía, cuyo accionista mayoritario es YPF y es la habilitadora para que la industria petroquímica reciba materia prima, ya encaró una ampliación en su planta de procesamiento de Bahía Blanca que incrementará en un 20% su capacidad y no descarta agrandarla aún más.

Por su parte, Javier Sato, gerente general de Petroquímica Cuyo, compañía dedicada a la producción de polipropileno (PP), uno de los gases con menor rentabilidad del mercado, pero uno de los plásticos más utilizados en el mundo, señaló la necesidad de contar con materia prima económica.

“Petroquímica Cuyo compra toda la materia prima que hay en la Argentina para producir en el país. Sin embargo, es poco y necesitamos precios competitivos. Vaca Muerta será una gran solución para toda la industria. Es lo que nos va a permitir seguir creciendo con costos competitivos”, expuso Sato.

Además, respecto a la actualidad del sector, recalcó que China -abarca el 40% del consumo mundial del PP- ya empezó a autoabastecerse de aquel elemento, de manera que los precios internacionales bajaron. Esta situación, sumada al hecho de que todos los exportadores que enviaban su producción al país oriental debieron reubicar sus productos, hizo que se redujeran aún más los valores del material.

En tanto, Guillermo Petracci, director de Unipar Argentina, uno de los principales proveedores para los sectores de saneamiento y construcción, también reconoció estar en un presente complejo. De hecho, comentó que el PVC está atravesando un proceso de depreciación que “nos hace estar más complicados con la competitividad. A eso se suma también la cuestión local, como la retracción del consumo y la caída de la industria de la construcción”.

No obstante, el empresario comentó que la clave de la compañía para mantener su competitividad, así como sus máquinas operando las 24 horas, fue un cambio de mindset a nivel cultural en toda la empresa. “Hoy vamos al negocio. Todos estamos enfocados en un resultado y vamos hacia eso”, dijo.

A su vez resaltó la gestión del gobierno actual, así como la eliminación de impuestos y la desregulación que llevó a cabo en varios sectores del Estado. “El hecho de tener reglas de juego claras, ya es mágico para nosotros”, aseguró a la vez que deslizó que la motosierra podría llegar a la industria petroquímica más temprano que tarde. Cabe destacar que el sector tiene retenciones del 4,5%, lo que genera un fuerte freno para la inversión, así como menores márgenes de ganancias.

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Fuente: Cronista