La sociedad integrada por YPF, Petrobras y Dow dedicada a la separación y el fraccionamiento del gas natural utilizará la inversión para ampliar 20% la capacidad de su planta en Bahía Blanca. Busca aprovechar la mayor disponibilidad de materia prima proveniente de Vaca Muerta.

Compañía Mega, empresa local dedicada a la separación y el fraccionamiento de los componentes del gas natural, invertirá u$s 250 millones en su planta de Bahía Blanca para ampliar su capacidad de procesamiento. El proyecto, que estará listo para principios de 2026, tiene el objetivo de aprovechar el incremento de materia prima que vendrá desde Vaca Muerta, el mayor reservorio de gas no convencional en el mundo.

En una primera etapa, la empresa cuyos accionistas son YPF (38%), Petrobras (34%) y Dow (28%), proyecta incrementar en un 20% la producción de C3+ (propano, butano y gasolina natural) mediante la construcción de un nuevo tren de fraccionamiento en la planta que posee en Bahía Blanca, que ya se encuentra al 70% y demandó una inversión de u$s 180 millones.

En un segundo paso, esta ampliación podría ser incluso mayor, de alrededor del 50%. Para eso se deberán realizar otras obras en etapas complementarias, a las que se destinará el resto del presupuesto contemplado en el plan de inversión total de u$s 250 millones.

“Estábamos al límite de capacidad, operando con unas 4800 toneladas por día. Esta obra nos permitirá aumentar la producción en un 20%”, comentó a este medio Tomás Córdoba, CEO de la compañía que procesa aproximadamente el 40% del gas natural producido en la Cuenca Neuquina.

A su vez adelantó que Mega ya evalúa una segunda fase de expansión, pero enfocada en el transporte y la logística. “Podríamos lanzar una nueva inversión en el corto plazo para llevar más producto a planta. Estamos terminando de definirla y tendría una ejecución de entre 24 y 26 meses”, anticipó el ejecutivo que asumió al cargo en febrero de este año, luego de dos años y medio al frente de Metrogas.

Puntualmente, Mega se dedica a agregar valor al gas natural a través de la separación y el fraccionamiento de sus componentes ricos. Esto significa que recupera el etano, un insumo básico para la industria petroquímica argentina y aprovecha el resto de los componentes líquidos para otros mercados, tanto internos, como para la exportación.

Entonces esta ampliación es estratégica. Es que no solo le permitirá a la empresa procesar más materia prima, sino que se trata de un negocio altamente rentable, en un contexto en el que la industria química y petroquímica no logra crecer contra el año pasado.

De hecho, según un relevamiento que realizó la Cámara de la Industria Química y Petroquímica, durante abril de 2025 la producción del sector creció un 1% respecto al mes anterior, como resultado de incrementos planificados en los niveles de fabricación. No obstante, si se compara con el mismo mes del año pasado, se registraron caídas en todos los subsectores, con excepción de los productos básicos intermedios e inorgánicos.

En cuanto a las ventas locales, el acumulado del año evidenció una caída del 15%, mientras que, respecto a las exportaciones, el informe señaló una disminución del 2% respecto al mes anterior. “Aunque el acumulado del primer cuatrimestre mostró una suba del 28%, se destaca el esfuerzo de las empresas por sostener su inserción internacional pese a la volatilidad del contexto”, estableció la entidad que nuclea a todas las empresas del sector.

La concreción del proyecto de Mega está a cargo AESA, la empresa de construcción y montaje para la industria energética, también propiedad de YPF. Las obras de ampliación permitirán llevar la producción actual de la empresa de 4800 toneladas diarias a 5600 toneladas por día.

A pesar de que Mega ya es el principal exportador de GLP de la Argentina (Gas Licuado de Petróleo, una mezcla de butano y propano que se obtiene del gas o del petróleo), esta ampliación le permitirá también despachar entre 10 y 12 buques más. Una vez concretada la segunda fase del proyecto, ese número podría ascender a un total de 20.

Mega nació a fines de los 90, cuando la producción convencional en el yacimiento de Loma La Lata, en Neuquén, estaba en pleno auge. Sin embargo, el crecimiento exponencial de la producción de gas no convencional en Vaca Muerta la obligó a transformarse.

“El declino de Loma La Lata y la expansión de Vaca Muerta nos llevaron a invertir fuerte en reconvertir nuestra operación. Hicimos un gasoducto de nueve kilómetros para captar las nuevas corrientes y también ampliamos nuestra infraestructura en Loma La Lata”, dijo Córdoba.

En el periodo 2019-2023, la empresa invirtió un total de u$s 100 millones en todas sus operaciones, que se destinaron a ampliar su capacidad de captación de gas, eliminación de cuello de botella y actualizaciones tecnológicas de sus equipos, instalaciones y sistemas.

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Fuente: Cronista