En nueve años corridos la formación registró desembolsos multimillonarios que impulsaron la producción a nuevos récords históricos. Se espera llegar a los US$ 100.000 millones para 2030.

Contra viento y marea los proyectos de Vaca Muerta crecieron de manera exponencial en casi una década y hoy cumplen un rol estructural para el país. No solo en el camino del autoabastecimiento de energía, sino también como un modelo exportador de una dimensión tan grande como necesaria para la macroeconomía nacional.

Para tener en cuenta, el shale hoy aporta el 43% del crudo y el 40% del gas que se produce en todo el país, y bien estos datos son más que relevantes, el impacto de Vaca Muerta además de medirse en volúmenes y metros cúbicos también se mide en dólares.

Entre 2013 y 2021 las inversiones en la formación superaron los 26.100 millones de dólares y si se tiene en cuenta los desembolsos previstos para este año, el 2022 cerrará por encima de los 30.800 millones de dólares.

Los datos se desprenden de las declaraciones de las empresas según resolución 2057/2005. Fueron recopilados por un informe de la consultora especializada en el sector, Economía y Energía (E&E) que lidera Nicolás Arceo.

Vale señalar que la estimación para 2022 está hecha con los anuncios de inversión que se hicieron a principios de año y que resultaron en unos 4.700 millones de dólares. Sin embargo, fueron varias las empresas que ajustaron hacia arriba sus desembolsos en 2022.

Serán US $5.500 millones los que se invertirán este año en la formación. Es la cifra más alta en la historia.

Según confirmó el gobernador de Neuquén, Omar Gutiérrez, las inversiones de Vaca Muerta este año serán las más altas en la historia y alcanzarán por primera vez la barrera de los 5.500 millones de dólares. Esto eleva el total desembolsado en la formación a 31.600 millones de dólares desde 2013.

Es importante resaltar que estos montos responden a las inversiones que se realizaron para el segmento del upstream e instalaciones asociadas. Con lo cual, hay todo un universo de dinero que corresponde a obras de infraestructura, transporte y movimiento económico que no forman parte de esos montos y que son una parte sensible del impacto que trae aparejado este sector.

Esto además, sin siquiera tener en cuenta la sustitución de importaciones que mitiga el efecto adverso de los precios internacionales en las ajustadas cuentas del Estado (ver adelante).

Cuesta encontrar una industria emergente en el país como la de los no convencionales, que en menos de una década haya alcanzado un nivel de inversiones y movimiento económico similar y que al mismo tiempo haya revertido una tendencia declinante de la producción.

Los más de US$ 8.000 millones de 2022
Los 5.500 millones de dólares en inversiones que prevé el gobierno de Neuquén para este año en Vaca Muerta tienen un efecto multiplicador que vale la pena mencionar teniendo en cuenta que comienza a verse el verdadero efecto shale.

Básicamente, el incremento en la oferta de hidrocarburos de la mano de los no convencionales hoy genera saldos exportables que son ampliamente beneficiosos para el país como para las empresas.

Son 13,4 los millones de barriles de petróleo se exportaron entre enero y septiembre de este año.
En el segmento del petróleo esto se ve con mayor recurrencia durante todo el año, ya que el mercado interno está abastecido y topea la capacidad de refinación local. En lo que hace al gas, esto se ve principalmente en el periodo estival, que va desde octubre hasta mayo de cada año, con contratos en firme.

En detalle, entre enero y septiembre de 2022, se exportaron unos 13,4 millones de barriles de petróleo y 1.069 millones de metros cúbicos. Entre ambos segmentos el sector vendió por un total de 1.502 millones de dólares.

Por Vaca Muerta, la cantidad de perforadores activos llegó al nivel más alto en 3 años
Teniendo en cuenta este dato, más las inversiones que se realizarán y la sustitución de importaciones, este 2022 la formación va a generar unos 8.300 millones de dólares.

Vaca Muerta 2030: el efecto multiplicador
Hoy la formación tiene 45 concesiones no convencionales (Cench) otorgadas y está a un paso de firmarse la 46, que ya fue anunciada por el gobierno neuquino. Las actuales cench equivalen apenas al 32% de la superficie total de Vaca Muerta que es de 9.583 kilómetros cuadrados.

En el caso del crudo, la producción actual de shale, alcanzó su máximo histórico en septiembre y fue de 258,2 kbbl/d, mientras que en el segmento del gas el récord se registró en agosto y fue de 55,7 millones de metros cúbicos.

Estos hitos se lograron de la mano de un puñado de áreas en desarrollo masivo que hoy representan cerca del 9% de toda la superficie y, no solo muestran el potencial de la roca generadora, sino también permiten prever el impacto que tendría replicar los desarrollos actuales.

Hasta 2030 se necesitan US $7000 millones por año para alcanzar los objetivos de producción.
Según la proyección oficial de Neuquén, se espera que la producción total (no convencional más convencional) alcance los 800.000 barriles de petróleo por día y los 140 millones de metros cúbicos.

Para llegar a estos niveles, se requieren de una inversión promedio de 7.000 millones de dólares por año hasta 2030, lo que elevaría a 100.000 millones de dólares las inversiones en el acumulado desde el día cero.

Haciendo zoom, los 100.000 millones de dólares son, nada más y nada menos, que el 50% del total comprometido entre las 45 concesiones otorgadas.

Esto permitiría pasar de los saldos exportables hacia una plataforma consolidada con un potencial generar una balanza comercial energética de 46.000 millones de dólares, compuesta en un 87% por exportaciones de petróleo.

Un dato no menor que sobresale de esto es que, antes de la pandemia, la industria hablaba de la necesidad de inversiones anuales de entre 10.000 y 15.000 millones de dólares para alcanzar los objetivos y hoy hay consenso de que puede funcionar con casi la mitad de esos desembolsos.

Fuente: Rio Negro