Energía: Hidrógeno verde en la Patagonia; ¿en qué quedó el acuerdo con Fortescue?

El convenio sigue vigente, pero el desarrollo quedó relegado ante la prioridad que tomó la exportación de hidrocarburos. El cambio en el contexto internacional y la falta de impulso local redefinieron el rumbo energético de la provincia.
El proyecto de hidrógeno verde que impulsó Río Negro desde 2021 con la empresa australiana Fortescue Future Industries se mantiene dilatado.
La inversión anunciada, estimada en 8.400 millones de dólares, incluía parques eólicos, una planta de producción en Punta Colorada y un sistema de abastecimiento con agua de mar. Sin embargo, según declaró el gobernador Alberto Weretilneck en declaraciones recientes reproducidas por diario Río Negro, la transición energética mundial “se orienta a opciones más económicas”, y el hidrógeno quedó “con un horizonte a 50 o 70 años”.
Durante la gestión anterior, encabezada por Arabela Carreras, el proyecto se presentó como una nueva etapa energética para la provincia. La instalación de torres de medición de viento en Cerro Policía fue uno de los avances concretos del acuerdo. Sin embargo, en la actualidad las prioridades de Río Negro se han desplazado hacia el desarrollo de infraestructura para exportar petróleo y gas, con obras activas y contratos ya firmados, como el del oleoducto Vaca Muerta Sur.
Desde la Secretaría de Energía rionegrina señalaron a diario Río Negro que el contrato con Fortescue sigue vigente en lo relativo al parque eólico de Cerro Policía. También confirmaron que la energía generada, si no se destina a la producción de hidrógeno, “se venderá al sistema nacional”. La empresa Eólica Rionegrina (ERSA) completó relevamientos poblacionales y tramitaciones de permisos, pero no hay definiciones respecto al inicio de obras mayores.
La secretaria Andrea Confini explicó que la postergación está relacionada con el nuevo escenario global tras la guerra entre Rusia y Ucrania. Según dijo, “muchos países priorizan proveedores seguros” frente a desarrollos con mayores riesgos como el hidrógeno verde. También mencionó la presión ambiental sobre la energía nuclear como un factor que reconfigura el esquema transicional.
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En términos legislativos, Carreras había insistido con la necesidad de una ley nacional específica para hidrógeno verde. Hoy, según sus declaraciones al medio rionegrino, esa herramienta podría ser reemplazada por el Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones (RIGI), aunque remarcó que la relación entre la provincia y Fortescue “no fue cuidada” y que “otros distritos como Chubut están avanzando”.
La exgobernadora planteó que el proyecto no compite con el desarrollo hidrocarburífero, sino que debe ser promovido de forma paralela. “Vaca Muerta también fue considerada cara y llevó más de una década en desarrollarse”, comparó. Entre los elementos a favor del hidrógeno en Río Negro destacó la calidad del viento, la disponibilidad de agua, la superficie territorial y el conocimiento científico instalado en Bariloche.
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Uno de los argumentos que sumó Carreras es el impacto en el empleo. Señaló que Fortescue había estimado en 15.000 los puestos de trabajo, entre directos e indirectos, y criticó la desactivación de los programas de formación técnica, como la diplomatura universitaria y el posgrado en tecnologías del hidrógeno, que se desarrollaban junto a la Universidad Nacional de Río Negro. Aseguró que esos programas hoy se ejecutan en Uruguay bajo el mismo formato original.
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Fuente: ADN Sur