El aumento de la producción de petróleo eleva el crecimiento proyectado por el FMI para Brasil.

Durante el 15 al 27 de mayo de 2024, un equipo del Fondo Monetario Internacional (FMI), liderado por Ana Corbacho y Daniel Leigh, tuvo consultas con autoridades y partes favorables brasileñas en términos de la consulta del artículo IV de 2024. El FMI publicó una declaración que destaca la resiliencia económica de Brasil y sus proyecciones futuras.

En su conclusión, el FMI mencionó que en los últimos dos años, la inflación ha disminuido y la economía brasileña ha mostrado una “notable resistencia”. Afirmó que en lugar de crecer un 2,9% en 2023, se prevé que el crecimiento se desacelerará al 2,1% en 2024 y al 2,4% en 2025.

Se prevé que la inflación alcance el 3,7% a finales de 2024 y se alinee con el objetivo del 3% a mediados de 2026.

Debido a una fuerte superávit comercial y apoyo por la sólida inversión extranjera directa (IED), el déficit de cuenta corriente de Brasil se redujo en 2023, señaló el FMI. A mediano plazo, el proyecto del FMI anticipa que el crecimiento alcanzará el 2,5 por ciento, una revisión por debajo de la estimación anterior de 0,5 puntos porcentuales del Informe del Personal Técnico del Artículo IV de 2023.

Según el FMI, la mejora puede atribuirse a la implementación de reformas del IVA que mejoran la eficiencia e impulsan la producción de hidrocarburos. Además, las inversiones en oportunidades de crecimiento verde podrían mejorar aún más el potencial económico de Brasil.

Desde la consulta del artículo IV de 2023, el FMI ha notado un mejor equilibrio de riesgos para las perspectivas de crecimiento. Sin embargo, los efectos macroeconómicos y presupuestarios de las últimas inundaciones en Rio Grande do Sul siguen siendo inciertos.

Además, el FMI afirmó que la resiliencia de Brasil se ve reforzada por un sistema financiero fuerte, ahorros apropiados en las inversiones, una baja dependencia de la deuda en las inversiones, reservas de ahorro del gobierno y una política de cambio flexible.