El Congreso norteamericano duplicó el crédito fiscal a empresas que inviertan en la captura de carbono y lentamente aparecen nuevos interesados en financiarla.

La captura de carbono, el arma favorita de la industria de combustibles fósiles contra el cambio climático, nunca despegó realmente por los gastos que implica. Pero esto podría estar a punto de cambiar. El Servicio de Impuestos Internos (IRS, por sus siglas en inglés) emitió recientemente una guía crucial para ayudar a los desarrolladores a aprovechar los créditos fiscales para los sistemas, y partidarios dicen que podría ser el comienzo de una nueva era para la controvertida tecnología. “Es el elemento financiero decisivo”, dijo Peter Mandelstam, director de operaciones de Enchant Energy Corp., que se está preparando para instalar un sistema de captura de carbono en una central eléctrica de carbón cerca de Farmington, Nuevo México. “El proyecto Enchant solo funciona si hay crédito fiscal”. Trece sistemas comerciales están operando en Estados Unidos, con 30 más en desarrollo, según Carbon Capture Coalition. Entre los desarrolladores figuran Occidental Petroleum Corp. y Starwood Energy Group Global. Un crédito fiscal similar impulsó la industria de energía eólica de Estados Unidos hace más de una década, y partidarios dicen que la nueva guía del IRS podría ser la pieza faltante del rompecabezas financiero que hará que la captura de carbono sea económica. Para la petrolera Shell, la energía verde por sí sola no resolverá el cambio climático Los sistemas de captura de carbono son lo “limpio” en carbón limpio y pueden reducir las emisiones en sitios industriales como plantas de etanol o fábricas de cemento. Atrapan el dióxido de carbono, que luego puede almacenarse bajo tierra o venderse a perforadores para ayudarlos a bombear petróleo y gas natural. De cualquier manera, el carbono se mantiene fuera de la atmósfera donde causa el calentamiento global. Grupos ecologistas dicen que la tecnología extiende la dependencia de EE.UU. frente a combustibles fósiles y aleja el financiamiento de la energía eólica y solar, pero muchos de ellos respaldan los créditos porque ayudan a alcanzar el objetivo final: desacelerar el cambio climático. El entusiasmo parece estar aumentando. Norton Rose Fulbright, un bufete de abogados que se especializa en financiamiento de proyectos, realizó un seminario en línea la semana pasada sobre la equidad fiscal para la captura de carbono, un acuerdo de financiamiento que es común en proyectos de energía renovable. Los organizadores dijeron que estarían contentos con 150 inscritos. Cerca de mil se registraron y 540 participaron. “Las cifran me indican que el mercado de la equidad fiscal está buscando formas de diversificarse más allá de la energía eólica, solar y la vivienda de bajos ingresos”, dijo Keith Martin, codirector de proyectos de la firma en EE.UU. El cambio climático y sus efectos en la economía global El Congreso más que duplicó el crédito fiscal existente en 2018. El incentivo ofrece US$50 por cada tonelada métrica de CO2 capturada, o US$35 por tonelada para producir petróleo con el carbono capturado. Eso fue suficiente para que desarrolladores comenzaran a trazar planes, pero las cuestiones fiscales retrasaron los acuerdos de financiación. El IRS emitió regulaciones propuestas para el llamado crédito de la Sección 45Q el mes pasado. Compañías petroleras, mineras de carbón y empresas de servicios públicos han hablado durante años sobre la promesa de la captura de carbono sin respaldar las palabras con acciones, y una posible fuente de ingresos —vender el dióxido de carbono a perforadores de petróleo— es menos atractiva debido al colapso del crudo. Pero una ventaja del sistema es su capacidad para eliminar emisiones de las instalaciones existentes, un posible punto de venta con tantos estadounidenses desempleados.

Fuente: Perfil.