Actualidad: Argentina busca volver al tablero energético regional

En un contexto de transformación global en los mercados energéticos, especialistas destacan el rol estratégico de Vaca Muerta como plataforma de exportación hacia Chile y otros mercados.
Durante un seminario organizado por el Mercado Electrónico de Gas (MEGSA), referentes del sector energético analizaron el potencial de Argentina como proveedor regional de gas natural, con eje en el desarrollo de Vaca Muerta y las crecientes oportunidades de exportación hacia Chile.
La conclusión fue unánime: el gas argentino puede ser clave en el proceso de transición energética de América Latina, si se consolida una política sostenida y se avanza en infraestructura crítica.
El ingeniero Marc Llambías destacó que Vaca Muerta, a pesar de su gran evolución en la última década, solo ha sido explotada en un 6% de su capacidad total, lo que representa un margen de crecimiento excepcional.
Según el especialista, la producción de gas licuado de petróleo (GLP), etano y otros subproductos ofrece grandes oportunidades en el mercado latinoamericano, mientras que la existencia de otros yacimientos como el de Santa Cruz podría fortalecer aún más la matriz energética nacional.
Llambías también resaltó la relevancia del Gasoducto Néstor Kirchner, al que calificó como un proyecto clave para elevar los niveles de producción y exportación. “El gas es un recurso estratégico que Argentina tiene en abundancia. Con un sistema de transporte moderno, el país puede revertir su déficit energético y generar saldos exportables sostenibles”, señaló.
“Se necesita es una estrategia clara, contratos de largo plazo, reglas de juego estables y una infraestructura que acompañe”, afirman.
Chile: un mercado concreto para el gas argentino
Por su parte, Luciano Codesseira, director de Gas Transition Consultant y codirector del Instituto de Energía de la Universidad Austral, puso el foco en el mercado chileno como puerta de entrada a una mayor integración energética regional.
Según recordó, la relación gasífera entre ambos países tuvo una etapa de auge en los años 2000, pero se interrumpió por problemas internos de abastecimiento argentino. Esto llevó a Chile a desarrollar una infraestructura autónoma, incluyendo plantas de regasificación en Quintero y Mejillones.
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Fuente: El Economista