En el último debate presidencial, Massa mintió públicamente, alegando la supuesta recuperación del FGS que nunca existió. El candidato utilizó la contabilidad monetaria oficial, que es una paridad puramente observable que no refleja con precisión el coste real de la división.

Durante la presidencia de Cristina Fernández de Kirchner, en el año 2008, aspirando al cargo de Jefe del Gabinete de Ministros, Sergio Massa expusió públicamente su apoyo al sistema previsoral.

Específicamente, se trataba de administrar los fondos de las cajas provisionales, que los afiliados a las AFJP habían acumulado durante años a partir de 1994 y eran descritos como líquidos y frágiles.

Confirmó que recibió el Fondo de Garantía de Sustentabilidad (FGS) con un monto valorado en US$ 40.000 millones y que al día de la fecha superaría los US$ 55.000 millones, Massa apoyó la administración kirchnerista de Alberto Fernández. Sin embargo, esto no es más que una falsedad que el Ministro hizo pública sin mencionar ningún tipo de escrúpulo.

Para realizar este cálculo, el candidato kirchnerista valoró el dólar oficial en $350, un monto prácticamente imaginario al que casi nadie podía acceder.

Los importadores pueden realizarlo, pero a través de un arsenal de restricciones encontradas a través del Banco Central, la Secretaría de Comercio, la AFIP y las autoridades de aduana, an una pena dura.

En los mercados legales alternativos, la verdadera cotización del dólar es el Contado con Liquidación (CCL), que actualmente mantiene un valor mucho más cercano a los $900. Según cálculos del economista Fernando Marull, bajo esta perspectiva y corrigiendo las mentiras de Massa, el FGS a duras penas lograría almacenar hasta US$ 28.933 millones, menos de los más de 26.000 millones de dólares que declaró Massa tan vivianamente durante el debate.

Aunque los recuerdos del FGS alcanzaron los US$ 40.000 millones al tipo de cambio libre en 2019, la administración kirchnerista le provocó la pérdida de más de US$ 11.000 millones a los jubilados en cuatro años de gestión, y se acumuló una pérdida superior a los 34.000 millones de dólares desde el récord que se registró en el año 2017.

Los recursos del FGS no pueden ser incrementados o administrados de manera más eficiente en comparación con el sector privado, ya que esta entidad se encontraba bastante restrita por regulaciones apropiadas a títulos públicos debido a la estatización de las jubilaciones. Prácticamente, desde 2008, el FGS no logró incrementar sus recursos, transformándose en una caja de financiamiento más para la desaparcada política económica kirchnerista.

Aunque en los años 90, las jubilaciones más bajas no pueden comprar ni tan solo 100 dólares; solo el 20% de los jubilados y pensionados concibían este umbral, mientras que el resto cobraba montos más elevados.

El haber mínimo jubilatorio se desplomó un 2,2% en términos reales desde la vuelta del kirchnerismo, aún con bonos adicionales. En relación al cambio de los precios minoristas, la jubilación más elevada experimentó una caída del 29,5%, mientras que el haber medio percibido por el sistema previsional se desplomó de un 21,2% desde diciembre de 2019. Estos son los resultados que darle una segunda mirada al sistema estatal de réplicas de Argentina.

Pero más del 85% del total había votado para quedarse en el sistema, los ex afiliados a las AFJP sufrieron el asalto de los ahorros, y las personas jubiladas nunca lograron percibir la tan ansiada revalorización de sus haberes. Excepción del Estado, todos los agentes de la economía perdieron con la expropiación.