El presidente de aquel país anunció la producción de la primera molécula de hidrógeno verde en el país hace ya tiempo. Junto a eso declaró que la meta para el año 2050 es desarrollar una industria que exporta más de US$30 mil millones al año. De esta manera, la industria del hidrógeno verde se puede transformar en un nuevo motor de la economía chilena solo comparable con la industria del cobre.

La apuesta del gobierno parece ser atraer inversión extranjera para lograr el objetivo de la Estrategia Nacional de Hidrógeno: liderar la producción de hidrógeno verde vía electrólisis, liderar la exportación global y sus derivados a precios competitivos para el año 2030 y contar con 5 GW de capacidad de electrólisis construida y en desarrollo al 2025.

El potencial renovable en el vecino país está, eso es indudable ahora hay que ver como podrá desarrollarlo. El tema es  si existe mercado suficiente y de aquí surgen bastantes interrogantes: ¿Cómo será la cadena logística de exportación? ¿De qué forma se exporta (comprimido, líquido, como amoníaco o metanol renovables, combustible sintético, etc.)? ¿A quiénes y qué demanda se deberá cubrir? Solo el tiempo, el desarrollo y el trabajo a conciencia harán que estas respuestas sean contestadas de la forma más beneficiosa para la nación chilena.