La Pampa se ilusiona con la nueva ley de Hidrocarburos

El gobierno pampeano ve con buenos ojos el proyecto que en las próximas semanas tratará el Congreso Nacional, y que está vinculado con la producción de hidrocarburos. Sin embargo, aclaró que la iniciativa no será una solución de fondo si no se atan otras variables en la búsqueda de inversiones en el sector.
El proyecto en esta oportunidad no pone en juego una puja de intereses entre el gobierno central y las jurisdicciones provinciales, como ha sido un clásico cada vez que se discutieron estos temas.
La normativa propone abrir la puerta a que las empresas del rubro tengan algunas facilidades que las comprometan a invertir. El gobierno de Sergio Ziliotto interpreta la avanzada como positiva porque mira un escenario hacia dentro de 20 años. La Pampa también tiene un horizonte a 30 años: se propone una suerte de soberanía energética en ese plazo.
El proyecto trata de potenciar inversiones a partir de algunas políticas de incentivos. Uno de los objetivos es Vaca Muerta.
La idea base del proyecto es establecer un esquema de incentivos a partir de mayores autorizaciones de exportación garantizadas y de disponibilidad de divisas para iniciativas que se encaren en todas las cuencas que aseguren un incremento de producción en gas y petróleo. Buscan que “genere un horizonte de estabilidad y reglas claras en materia tributaria federal”.
El proyecto encara uno de los históricos reclamos de las empresas del sector que es la estabilidad fiscal y de todos los beneficios adquiridos desde el momento de adhesión al programa, en cuanto a derechos, aranceles, impuestos, tributos y tasas, en el ámbito nacional y en los ámbitos provinciales y municipales que adhieran oportunamente a la norma.
Se crea ese régimen general de promoción de inversiones hidrocarburíferas, que tendrá una vigencia de 20 años y que contendrá regímenes particulares orientados a la promoción de actividades de exploración y producción de petróleo, de exploración y producción de gas natural y de exploración, producción, industrialización y transporte de hidrocarburos, obras de infraestructura energética y prestación de servicios.
La futura norma comprenderá a los proyectos nuevos, así como a los que están en desarrollo y tienen capacidad de incrementar su producción, y a los que están paralizados y requieren de una arquitectura de incentivo especial para ser considerados viables.