Es sabido que para emprender empresas importantes hacen falta distintos componentes de importancia, es vital tener un objetivo claro, tener un proyecto tentador, contar con los implementos necesarios, y demostrar una personalidad que se imponga por sobre las adversidades.

Y todo ese menú se conjugó allá por enero de 1946 cuando el Estado, por decisión del entonces presidente, el general Juan Domingo Perón decide la creación de la Dirección Nacional de Gas del Estado y pone al frente de la misma al ing. Julio Vicente Canessa quien, desde hacía varios años atrás y con distintos gobiernos, había presentado un proyecto muy ambicioso para el país, pero el mismo nunca fue tenido en cuenta.

Establecido como director, el ing. Canessa le presenta al presidente de la Nación de ese entonces, el general Perón el proyecto de construcción de un gasoducto que sirva para transportar el fluido desde los yacimientos de Comodoro Rivadavia hasta Buenos Aires, y así romper con la dependencia del gas de huya producido en las usinas inglesas establecidas en la Capital Federal, usinas que procesaban carbón importado de Inglaterra, transportado por buques ingleses, y cuyo gas tenía un precio prohibitivo para el ciudadano común.

Tras un breve análisis del proyecto, el presidente Perón toma la firme decisión de llevar a cabo la obra diciéndole a Canessa: “Vaya y haga”. Inmediatamente se inicia la adquisición de máquinas y equipos de última generación de aquella época, se capacita al personal que dirigiría la obra, se incorpora a los obreros necesarios a quienes también se capacita según la función, siendo la mayoría personal argentino, y se encara la compra de la cañería. Este último ítem se vio complicado debido a que los principales países fabricantes de los mismos tenían emprendimientos para los cuales tenían comprometida su producción, encontrándose en Italia a los únicos posibles abastecedores.

Superadas todas las etapas previas, como estudio de suelos, trayectoria del ducto, ubicación estratégica de los campamentos, equipos y materiales, el 1 de enero de 1947 se suelda el primer caño de los 1.605 kilómetros a construir.

Desarrollado en tiempo record, y reconocido como el tercero en el mundo por su dimensión, después de Rusia y EE.UU., y tras las pruebas y chequeos correspondientes, el 29 de diciembre de 1949 se habilita el servicio de gas proveniente del departamento Escalante, Chubut a Buenos Aires y todas las ciudades cercanas al gasoducto en todo su recorrido, y el encargado de abrir la válvula fue el mismo presidente Juan Domingo Perón, gas que traería progreso, confort, calidad de vida de cientos de miles de argentinos.

Esa fecha es la que no debemos olvidar los comodorenses y los argentinos todos de buena fe, porque sirvió de despegue de lo que significó la industrialización del país, el abaratamiento del gas para los ciudadanos de a pie, ya que su precio era el 35% del valor hasta ese momento.

Fuente: Crónica.